Una vez por año, realizamos el viaje de padrinos para conocer personalmente y compartir vivencias con los ahijados en el lugar donde ellos viven. Es una experiencia transformadora para todos, que fortalece el vínculo y permite entender mejor la situación de vida de estos niños.

Este viaje, afianza el vínculo, que generamos con las acciones que hacemos a la distancia mes a mes.

El de 2018, lo realizamos los primeros días de noviembre.  Viajamos con un grupo de más de 60 personas y el día sábado por la tarde, realizamos actividades en la Escuela Rural 856 con los chicos más grandes de la escuela y sus familias.  El domingo, realizamos nuestro ya tradicional Dïa de Camping en el camping San Jorge.  Allí jugamos con los más chiquitos y terminamos la actividad con un almuerzo con Padrinos e invitados especiales.

Fue un viaje a pura emoción.   ¡Y ya estamos preparando el de este año!!

Si todavía no sos Padrino en Fundación Más, sumate.  Es una experiencia única y con muy poco le podés cambiar la vida a un chiquito.

En nuestro viaje de mayo 2019, inauguramos el comedor del Aula Satélite 2 en la Escuela 774 de El Soberbio, Misiones. Fue una inauguración muy emotiva ya que la comunidad de padres se ocupó de preparar el primer almuerzo allí.  Una gallinada compartida entre las familias, autoridades y el staff de Fundación Más.

De esta forma, los 30 chicos que asisten a esa escuela, ahora tienen un espacio para poder recibir lo que en algunos casos es su única comida diaria.

Este espacio además, es utilizado para realizar actividades recreativas en días de lluvia, situación muy frecuente en la zona.

En mayo quedaron inaugurados los 2 primeros Espacios de Primera Infancia rurales de la Provincia de Misiones.  Están ubicados en las Escuelas Rurales 774 y 940.

Con estas inauguraciones logramos que más de 50 chiquitos de 45 días a 4 años accedan a la estimulación temprana para desarrollar habilidades que los prepararán para empezar mejor su educación formal: alimentación, juegos, salud e higiene son parte de los temas que empezarán a ser parte del cotidiano de estos chiquitos y sus mamás.

La educación de primera infancia viene siendo prioridad en los últimos años en nuestro país y el desarrollo de EPI es parte de este enfoque, junto a centros de atención infantil, guarderías, centros de enseñanza preescolar, jardines de la infancia y otras instituciones afines.

En el mes de febrero junto a padrinos, y otros voluntarios decidimos llevar adelante el proyecto de construcción de una biblioteca para el aula satélite 2 de la Escuela Rural 774.

En total, fueron enviadas 11 cajas con más de 600 libros, clasificados y ordenados tanto para chicos como para adultos. Hoy, todos estos libros ya están en sus estantes, que a su vez, fueron construidos por los propios padres de los chicos como muestra de agradecimiento.

Queremos agradecer a todas las personas que hicieron su aporte para que este proyecto se pueda llevar a cabo. Esto es una clara contribución a la mejor educación de los chicos y sus familias.

En el mes de julio dimos comienzo a uno de los proyectos más importantes que nos planteamos para este año, la creación de huertas orgánicas en cada una de las escuelas con las que estamos colaborando. A través de este proyecto las Escuelas Rurales 774, 856 y 940 contarán cada una con una huerta en la cual cultivarán alimentos orgánicos para el consumo de los chicos. A su vez, todos los grados realizaran talleres a cargo de una docente con formación especializada en horticultura orgánica desde una perspectiva agroecológica.

De esta manera los chicos de El Soberbio aprenderán todo lo necesario sobre la instalación y el cuidado de una huerta, lo cual a su vez permitirá a los equipos docentes educar con productos concretos sobre la importancia de una alimentación variada y saludable.

Se trata de un proyecto que demuestra las potencialidades de la educación para mejorar la vida de las comunidades y generar genuino desarrollo local. Los chicos aprenderán a producir alimentos y serán capaces de compartir estos conocimientos con sus familias para multiplicar las huertas.

Estamos ansiosos de ver los primeros resultados y esperamos poder probar algo en la próxima visita.

Como todos los años, durante los primeros días del mes de mayo recibimos el paquete de cada padrino con ropa de invierno y calzado para su ahijado. Los padrinos prepararon sus envíos personalizados tomando en cuenta las medidas que relevó el equipo de la fundación, las necesidades para este invierno y todo lo que saben de los chicos. Como siempre, el envío fue acompañado de una carta en la que el vínculo se sigue fortaleciendo.

Una vez que tuvimos todos los paquetes en nuestra sede, contamos con la colaboración de padrinos voluntarios para controlar que todos los chicos tuvieran su envío y dejar todo embalado en las mejores condiciones para ser enviado a El Soberbio.

El 15 de mayo realizamos el envío de 115 cajas y gracias al apoyo de la comunidad educativa de la Escuela Rural 856, días después, cada uno de los chicos recibió su paquete con lo que prepararon especialmente sus padrinos.

Las fotos que recibimos del momento de recepción de los envíos nos alegraron mucho y saber que van a tener lo necesario para estar abrigados en el envío es la mejor gratificación por el trabajo realizado.

Ahora, esperamos ansiosos las cartas de respuesta de los chicos, mientras seguimos trabajando en todos los proyectos que nos propusimos para este año.

A principios de marzo, al regreso de nuestro viaje anual de relevamiento nos pusimos inmediatamente en marcha para la preparación del primer envío del año, los útiles escolares para que los chicos del El Soberbio tuvieran todo lo necesario en un nuevo comienzo de clases.

Tal como nos propusimos desde un principio, el eje de nuestro trabajo solidario está puesto en la educación como herramienta para un mejor futuro. Los padrinos saben que contar con los útiles para trabajar en clase es fundamental para el aprendizaje, y por ese motivo prepararon el envío para cada ahijado según las necesidades educativas de cada grado y no se olvidaron de la primera carta del año.

En la primera semana de abril concretamos el envío de 72 cajas con útiles escolares. Las fotos que nos llegaron desde el Soberbio pocos días después nos mostraron a los chicos contentos y aprendiendo con los materiales que enviaron sus padrinos. Una vez más gracias a su apoyo, logramos que pocas semanas después del comienzo de clases los chicos tuvieran sus útiles.

El equipo docente de la escuela nos contó que una de las primeras actividades que realizaron los chicos de todos los grados con los materiales que recibieron fue la carta para sus padrinos. Los más chiquitos hicieron un dibujo y en los grados más grandes se animaron a escribir. De la manera que cada uno pudo, todos agradecieron el apoyo de sus padrinos y enviaron su carta de respuesta llena de cariño.

Continuamos con las obras del comedor de la Escuela Rural 856, un hecho que demuestra la importancia y las potencialidades del trabajo en equipo entre la comunidad, las Organizaciones de la Sociedad Civil y el Estado.

Gracias a la gestión de Fundación Más y el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, conseguimos materiales para avanzar en las obras de infraestructura para que los chicos puedan comer todos los días en condiciones dignas. Sin embargo, este esfuerzo de gestión no tendría ningún resultado sin el aporte de la mano de obra de la comunidad.

Con la ayuda de algunas personas con oficio en la construcción y ganas de trabajar para que sus hijos tengan mejores condiciones educativas, un grupo de padres comenzó a levantar las paredes y preparar la estructura del techo. Las madres, también dispuestas a colaborar, organizaron actividades con venta de comida para conseguir más recursos.

Si bien sus hijos serán los primeros en disfrutar del comedor, las familias saben que esta obra mejorará las condiciones de la escuela de la comunidad y por eso dedican tiempo y esfuerzo a concretarla.

Quienes formamos parte de la fundación estamos muy entusiasmados por este genuino ejemplo de trabajo colectivo en favor de los chicos. Si estás interesado en formar parte no dudes en contactarnos.

Como sucede todos los años para el mes de octubre, un grupo de padrinos de Fundación Más viajó a El Soberbio a visitar a sus ahijados y compartir un día de actividades con los chicos. Los padrinos pusieron todas sus ganas, esfuerzo y dedicación en la organización de las actividades. Gracias a ellos todo salió impecable, los chicos disfrutaron un día distinto con juegos, maquillaje, temperas, inflables, deporte y la pileta del camping.

Quienes viajamos nos volvimos cargados de energía, contentos de poder seguir acompañando a los chicos de El Soberbio y confirmamos nuevamente que todo lo que recibimos de ellos es mucho más de lo que nosotros podemos llegar a darles.

Además, cada viaje nos fortalece como grupo de padrinos, nos permite reconocernos como parte de esta tarea colectiva y reafirma la calidad humana de todos los que forman parte de este proyecto.

Desde la Fundación Más queremos agradecer especialmente a cada uno de los padrinos que participó y a todos los que a pesar de no haber podido viajar, por uno u otro motivo, estuvieron colaborando para que una vez más concretáramos este día tan especial.

En conjunto con la Facultad de Odontología de la Universidad Abierta Interamericana (UAI) dimos continuidad al Proyecto Sonrisas con la visita anual de odontólogos. Un equipo de 12 odontólogos pasó toda la semana en la Escuela Rural 856 de El Soberbio, Misiones y cumplió con el objetivo de revisar la salud bucal de todos los chicos que concurren a la escuela.

El equipo de profesionales y estudiantes avanzados en instancia de realización de prácticas profesionales montaron una clínica odontológica en la escuela, los revisaron, diagnosticaron, realizaron las prácticas de cuidado necesarias y recomendaron a las familias los pasos a seguir en caso de ser necesario un tratamiento más complejo. La intervención incluyó el registro riguroso de los pacientes atendidos, la atención recibida y la conformación de la historia clínica correspondiente. A su vez, se realizaron actividades de formación en cuidado de la salud bucal con fijes preventivos, transmitiendo a la comunidad en su conjunto prácticas de higiene, cepillado, mantenimiento de la salud bucal y consumo de alimentos.

Gracias a este grupo de odontólogos comprometidos que aportaron de manera desinteresada su tiempo y formación profesional a favor de una acción solidaria, así como la colaboración institucional de la UAI con el aporte de instrumental y equipos de alta complejidad, pudimos concretar nuevamente esta intervención a favor de la salud y la educación de los chicos.
Desde nuestro lugar, cumplimos con la tarea organizativa y la búsqueda de recursos para solventar los gastos del viaje, por lo que queremos agradecer a cada uno de los aportantes privados que lo hicieron posible.

Un ejemplo de trabajo en equipo en el que personas e instituciones hicieron su contribución solidaria para mejorar la vida de quienes más lo necesitan.